El
término alfabetización hace referencia al proceso mediante el cual una persona
puede aprender a leer y a escribir, dos actividades o funciones que le
permitirán comunicarse con el resto de los seres humanos a un nivel más
profundo y abstracto. La alfabetización es sumamente importante para que una
persona pueda desarrollar al máximo sus capacidades y si bien esto no quiere
decir que una persona analfabeta no pueda llevar adelante su vida, sí es verdad
que le costará mucho más conseguir un buen trabajo pero principalmente poder
comunicarse con otros ya que no sabrá leer ni expresar por escrito sus ideas.
Para
poder comprender más a fondo la manera en la que se realiza el proceso
alfabetizador, se procederá a continuar con el seguimiento de caso al pequeño
Christian Francisco Mendivil Gastelum, quien se encuentra cursando su primer
año de primaria y de quien meses atrás ya se había iniciado el seguimiento.
Mediante el mismo, se llegó a la conclusión de que el niño se encontraba
situado en la hipótesis silábica en base al cuadro de las etapas propuesto por
Myriam Nemirovsky(1999). Ya que para él una silaba era representada por una
letra en las palabras para el pequeño. Además, presentaba nociones de cómo
realizar los actos lectores, diferenciando los mismos de tan solo observar
libros, etc.
Hasta
el último momento del seguimiento, los aspectos que faltaban por mejorar en el
menor eran el hecho de que no conjuntaba palabras completas en oraciones al
momento de escribirlas, sino que por el contrario, recibía un atiborramiento de
información y decía que no sabía; además le faltaba comprender el trazo
correcto de algunas letras que hacía al revés.
Prosiguiendo
con el seguimiento de caso, se hizo uso de un guión de entrevista relatado por
Myriam Nemirovsky, retomado del libro que lleva por título “sobre la enseñanza
del lenguaje escrito… y temas aledaños”.
A lo
largo de la entrevista, se le plantearon diversas situaciones al niño con el
fin de observar y detectar los avances o retrocesos dentro de su proceso alfabetizador
y el porqué de las mismas. Las actividades consistieron en lo siguiente:
Primeramente,
se colocó frente al pequeño una hoja de papel, un lápiz y una goma de borrar.
Enseguida, se le preguntó al pequeño a cerca de su nombre, específicamente, se
abordaron los temas de cuantas letras tenía, cuales eran, y que hiciera mención
de objetos o personas que en su nombre poseyeran letras iguales a las de
Christian. Ante esto, el niño dijo que su nombre era un nombre grande porque
tenía nueve letras y era muy largo; dijo también que con letras iguales a las
de su nombre se escribía casa, Héctor (como su hermano), Ramón (como su tata) y
así sucesivamente hasta terminar todas las letras de su nombre.
Esto,
según Emilia Ferreiro, se debe a que el niño ya presenta una cantidad mínima y
máxima de letras por palabras, donde para el muchas letras dicen algo muy
grande y pocas letras dicen algo muy pequeño, o en su caso no dicen nada.
Además, posee una variación en cuanto a las letras que menciona haciendo
conciencia de lo mismo.
Prosiguiendo
con ello, el niño escribió su nombre, plasmando sobre la hoja las palabras
“Christian Francisco” correctamente, con lo cual pude inferir que el pequeño ya
ejerce dominio sobre las letras de su nombre y al preguntar cuáles eran las
letras, hacía mención del nombre y alguna palabra que iniciara con el mismo,
por ejemplo, decía – esta es la “a” de amor, o bien, la “i” de iglesia- y así
sucesivamente.
Posteriormente,
se le preguntó que si había leído o escuchado algún cuento, a lo cual respondió
que si había escuchado los que mamá y sus hermanos le narraban pero que nunca
había leído puesto que no sabía hacerlo. Dijo que su cuento favorito era “El
rey león”, pero que también había escuchado otros como el de “Robin Hood” o
“caperucita roja” entre otros.
Después
se le indicó que escribiera el nombre de algunos cuentos, escribiendo “kprusita
roja” “lobo” entre otras palabras. Con eso fue sumamente notorio el avance en
la adquisición del modo convencional de escritura, puesto que en esta ocasión
Christian utilizaba dos palabras por silaba en la mayoría de los casos, con
algunas excepciones cuando se encontraba confundido con la fonología de las
palabras mismas.
Al
finalizar esta actividad, se le presentaron al niño un par de tarjetas con una
palabra en cada una, las cuales eran “hada” y “pulgarcito. Se le aclaró al
pequeño lo que en ellas decía y enseguida se le cuestionó sobre lo que decía en
cada una, a lo cual el menor respondió que en la primera decía “hada” porque
tenía una “h” muda y una “a”, y que la segunda decía pulgarcito porque tenía la
“p” de papá y la “a” de amor.
Según
YettaGoodman, todo buen lector realiza inferencias, muestreos y anticipaciones,
inclusive desde muy temprana edad, y Christian elaboró un muestreo previo de
las letras para analizar lo que ahí decía y enseguida llegar a sus deducciones
finales y acertando en sus respuestas.
También,
se le presentó un libro al pequeño para que lo leyera y él eligió “el rey
león”. Al tomarlo y pedirle que lo leyera, lo observó, lo ojeó e identifico
algunas letras o palabras, mas sin embargo no pudo traducir una oración
completa por lo cual se concluyó que el pequeño aún no está preparado para leer
de forma convencional, sino que lo hace mediante inferencias, predicciones, y
muestreos, o bien, lee icónicamente mediante las imágenes presentadas.
Según
Emilia Ferreiro y Ana Teberovsky los niños antes de leer convencionalmente,
crean hipótesis originales acerca de este sistema de representación. Además,
menciona que hay múltiples problemas para llegar a concebirlo, por los esquemas
que se le presentan al pequeño y la realidad a la que se enfrentan.
En
el caso de Christian, el creó su propia hipótesis en base a las imágenes y el
título del cuento, y después de leer algunas palabras, contó la historia a su
manera observando los dibujos ahí presentes, sin embargo, no se sentía seguro,
porque en ocasiones se detenía y preguntaba si lo que él iba diciendo era
correcto o se había equivocado en alguna parte.
Para
finalizar, se le proporcionaron ocho tarjetas al niño, algunas con letras,
otras con números y otras más con dibujos, pidiéndole que pusiera hacia un lado
las tarjetas que le servían para leer y hacia otro las que no lo hacían. La
lógica del niño permitió ubicar de un lado todos los papeles que contuvieran
letras script diciendo que esas le servían a él para leer, y del otro lado, el
dibujo, los números, un garabato y un pequeño texto escrito con letra
manuscrita. Ante esto argumentó que las últimas tarjetas no podían decir nada
porque no tenían palabras como las que él veía en los libros o escribía tal y
como le estaban enseñando en la escuela, mientras que las otras si lo hacían.
Dentro
de la entrevista de Myriam Nemirovsky se hace mención de un apartado más donde
el pequeño identificará los diversos tipos de textos, pero hasta el momento no
posee muchas habilidades sobre la lectura y por ello se llegó a la conclusión
de que dicha actividad debía ser omitida dentro del seguimiento.
Una
vez analizada la información proveniente de las actividades aplicadas al niño,
se llegó a la conclusión de que este se encuentra situado en la tercera etapa
del cuadro enmarcado por la RIEB 2011 y hecho en base a Myriam Nemirovsky, y
específicamente en la hipótesis silábica alfabética, la cual enmarca lo siguiente:
“representa un momento de transición que
fluctúa entre la representación de una letra para cada silaba o para cada
sonido. En este tipo de escritura la silaba se representa con una o con varias
letras indistintamente”.
Christian,
fue asignado a esta etapa, debido a que si bien, tiene una relación
sonoro-gráfica y usualmente utiliza dos o más letras por sílaba, en algunos momentos se guía por el sonido
utilizando letras como “k” para escribir la sílaba “ca” o “p” para referirse a
la silaba “pe” y así sucesivamente.
El
pequeño se encuentra a unos cuantos pasos de llegar a la escritura de manera
convencional ya que casi completa el proceso, pero por el contrario, aún le
falta mucho en lo que a lectura se refiere, porque si bien hace inferencia,
hasta hoy no ha sido capaz de unir letras o silabas para formar palabras cuando
lee y mucho menos oraciones, ya que se encuentra en una negación rotunda
argumentando que no sabe leer porque su maestro no le ha enseñado a hacerlo.
Solo
es cuestión de motivar a Christian y que se le demuestre que sí puede hacerlo,
para que no ello venza a sus miedos, los enfrente y complete el tan ansiado
proceso para él y con ello llegue a ser un alfabeta funcional y de esta manera
pueda relacionarse eficazmente en sociedad.
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